Los jueves de 2011 en la casa-museo La Chascona (Fernando Márquez de la Plata 192, Bellavista, Santiago).

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miércoles, 8 de abril de 2009

ANDRÉS MORALES (Santiago de Chile, 1962)

ANDRÉS MORALES (Santiago de Chile, 1962): Ha publicado 17 libros de poesía desde 1982 al presente: Por ínsulas extrañas (1982), Soliloquio de fuego (1984), Lázaro siempre llora (1985), No el azar (1987), Ejercicio del decir (1989), Verbo (1991), Vicio de belleza (1992), Visión del oráculo (1993), Romper los ojos (1995), El arte de la guerra (1995), Escenas del derrumbe de Occidente (1998), Réquiem (2001), Antología Personal (2001), Memoria Muerta (2003), Demonio de la nada (2005) y Los Cantos de la Sibila (2008). Su obra poética se encuentra traducida a ocho idiomas y ha sido incluida en más de 45 antologías chilenas y extranjeras y en un gran número de revistas literarias, siendo también distinguida con diferentes reconocimientos nacionales e internacionales entre los que destaca el PREMIO PABLO NERUDA 2001. Es profesor de Literatura Española Clásica y Contemporánea y de Poesía Chilena en la Universidad de Chile en Santiago, miembro de la Academia Chilena de la Lengua desde el año 2008.


(De: Desolación de las ciudades)


De las ciudades

Corren las palomas
en su vuelo
y el tren se detiene
en una puerta.

Las ciudades son espejos,
relámpagos de olvido,
catapultas.

Las calles no terminan.

Las ciudades no son un laberinto,
son la entrada al desierto de los cuartos,
al cadáver de sal,
al arquitecto.


Praha

.....................Obsesiva a Vladimir Holan.
.....................A Grínor Rojo.

Yo sueño una ciudad y una ventana:
alguien cae sin cesar, en todas partes,
alguien cae desde siempre en la ventana.

Niebla de la luz o nieve en niebla
en todos sitios alguien cae
(está cayendo)
desde el fondo de la calle, en la ventana
yo sueño una ciudad y por su hueco
caigo, sin cesar, por todo el siglo
caigo, sin cesar y no despierto.


Valparaíso

Olor a muerte, dijo ella.

Cerraban el salón,
abrían las ventanas.

Los del navío esperan llegar pronto
subir las escaleras, beberse todo el mundo.

Olor a muerte en la bahía.

La tempestad se hunde, rompe, despedaza