Los jueves de 2011 en la casa-museo La Chascona (Fernando Márquez de la Plata 192, Bellavista, Santiago).

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miércoles, 8 de abril de 2009

Jaime Quezada (Los Ángeles, Chile, 1942)


Jaime Quezada (Los Ángeles, Chile, 1942): Poeta, ensayista y crítico literario. Estudió Derecho y Literatura en la Universidad de Concepción entre 1960 y 1968. A comienzos de los sesenta fundó el grupo Arúspice y la revista de poesía del mismo nombre en la que colaboraron autores como Julio Cortázar y Gonzalo Rojas y Nicanor Parra, con sus primeros artefactos. En 1969, estudió arte quiteño en la Universidad Central del Ecuador. Entre 1971 y 1972 viajó por México y América Central, viviendo algunos meses en el archipiélago de Solentiname en el gran lago de Nicaragua, donde trabaja con el poeta Ernesto Cardenal. Es autor, entre otros libros, de Poemas de las cosas olvidadas (1965), Las palabras del fabulador (1968), Astrolabio (1976), Huerfanías (1985), Un viaje por Solentiname (1987), No liberto hombre (1991), Escritos Políticos (1994), Por un tiempo de arraigo (1998), Bendita mi lengua sea (2002), El año de la ira (2003), Adamita (2003), Llamadura (2004). Ha desarrollado investigaciones y difundido artículos acerca de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas y Jorge Teillier. Es presidente de la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral y presidio la Sociedad de Escritores de Chile entre los años 1989 y 1992. Desde 1988 y en conjunto con el poeta Floridor Pérez, dirige el taller de poesía de la Fundación Neruda.


TABLA DE ASTRONOMÍA

En el verano de 1910 el cometa Halley
apareció en los cielos de Chile
Ese mismo año murió el presidente Pedro Montt
En 1758 hubo una lluvia de aerolitos
Y piedras de fuego quemaron los muchos bosques
del verde territorio
También una sequía en 1834
Y una plaga de ratas y ratones asoló campos y graneros
al igual que en le verano de 1986
Sólo que ahora incluyendo cárceles secretas
cuarteles estadios de fútbol conventos y ciudades
(Y la muerte del presidente)

En el año de 2062 el cometa Halley
aparecerá otra vez en los cielos de Chile
Para entonces yo Jaime Quezada
sobreviviente chozno de tanta historia
Estaré a la sombra de una nube atómica
Rascándome con una teja en medio de la ceniza
O muy sentado en una mecedora silla de neutrones
A sombra de un nuevo manzano en flor
Recordando la infancia de mi padre
Cuando se hacía retratar bajando de un caballo en 1910.


DATOS POCO DIVULGADOS PARA UN AUTORRETRATO

Me reconoceréis por mi cara de monje cartujo –no cartucho- leyendo salmos pasados de moda que mañana, sin embargo, serán cantados con música de jazz en los retretes, en los urinarios públicos, en el gran baño turco de la ciudad en tinieblas. Un pintor maya y ciego me hizo un retrato a pluma alzada en plena plaza pública de Copán (150 centavos de quetzal). Me puso unos ojos que no eran los míos sino los que habían sido suyos en otros siglos. Mi rostro define mis oficios y cambia según el pronóstico del tiempo (que detecto por el temblor de mis bigotes de conejo): Bibliófilo. Historiador chileno del cometa Halley. Andinista (mi nombre está a 2.985 metros en el cráter-bitácora del volcán Antuco: sol de agua en mapuche). Coleccionista de tiovivos. Herbolario, botánico, micólogo: Me pasé años buscando la amanita muscaria hasta que di con ella en los bosques lluviosos de Valdivia (Chile). Astrólogo (la carta del vagabundo me viene bien).Y astrónomo por observación. El cielo y la tierra son mis dos puntos cardinales, más el centro, es decir, lo umbilical. Con un telescopio imaginario me comunico cada noche con un Astro imaginario: Dios. Acostumbro acodarme en la mesa del comedor, afirmando la barbilla en el puño de mi mano. Un arco tenso redondea como aureola mi cabeza. Las más de las veces, soy el que soy: rara avis en la poesía chilena. Ornitólogo de mí mismo, pájaro de cuentas.

Santiago, junio, y 2009.