Los jueves de 2011 en la casa-museo La Chascona (Fernando Márquez de la Plata 192, Bellavista, Santiago).

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miércoles, 8 de abril de 2009

Oscar Saavedra Villarroel (Santiago de Chile, 1977)


Oscar Saavedra Villarroel (Santiago de Chile, 1977): Licenciado en Educación. Becado por la Fundación Pablo Neruda en el 2005. Ha participado en encuentros nacionales e internacionales de poesía. Ha obtenido varias menciones en diversos concursos (Juegos Florales Gabriela Mistral 2008). Un adelanto de su proyecto poético dOPING hISTÓRICO fue publicado en Anomalías, 5 poetas chilenos (Editorial Zignos, 2007) y su libro Tecnopacha (Editorial Zignos, 2008). Poemas suyos han sido traducidos al portugués. Es editor literario de la revista indie.cl, organizador del encuentro nacional de poesía Descentralización Poética y director de la editorial Andesgraund.



[A veces las historias saltan de un siglo a un milenio que la lluvia resbala]

Los Milenios le entierran la historia en la punta de la lengua

/a la Hombra,

le meten tijeras en su origen, le cortan las llamadas geográficas;

ellos quieren encender la hoguera, quieren un cuerpo que sangre décadas, siglos sobre el ojo imperial de los cielos.

Es la tecnocracia del averno, dice la Mama,

la versátil maniobra wall street, manos guerrilleras.

Y la Hombra abre sus ojos recogidos del río de sus suelos,

y la Hombra se hace el Escrivá con cojones de oro,

escribiendo con su hermético lenguaje citadino,

los desastres que el milenio le realza;

qué figura, qué siglos aquellos, qué instituciones

rasgando el aire que tus pulmones expulsan, Ma,

ni tu cuerpo sangrará, te grita Costa Infante,

ni tus costillas de barro helénico codiciarán el campo estrellado

del poder que babea Pacha Hombre, sentando en su sillón,

dentro de su loft de ruca espacial, con cara Rockefeller

lo mira la Hombra, vestido de Isabel, bailando sombreado

/sobre los milenios

que le dicen: ánima, que le gritan ánima

en el valle sideral de su Varsovia.

Es que Pacha Hombre le tira el cadalso.

Es que Pacha Hombre lo tiene hiroshima a la Hombra

que insiste en verlo a él como un Minotauro político

que acaricia el sol con sus pestañas

y crea a la intemperie liberal que sus lápices demandantes le sacian:

la ansiedad de saberse Zeus del país que fundaron

los cuerpos que Visnú transmuta,

los cuerpos que lava de sus labios lo siguen.

El milenio, un tal Zeus:

el cara pálida del mundi global.